Incorporar la Lengua de Señas Americana u otra lengua de señas relevante en la educación en casa puede marcar una gran diferencia para abordar los desafíos de comunicación. Para muchas estudiantes autistas, la comunicación verbal no siempre es sencilla, ya sea debido a retrasos en el habla, ansiedad u otros factores. La lengua de señas abre una vía alternativa de expresión, proporcionando un marco visual-gestual que permite a tu hijo articular sus necesidades, pensamientos y emociones con mayor facilidad. Al aprender y utilizar la lengua de señas, le ofreces un método de comunicación versátil que puede reducir la frustración y mejorar su participación en las lecciones. Este enfoque visual-gestual es especialmente útil cuando la comunicación verbal resulta abrumadora, brindándole una manera clara de interactuar con el mundo. Además, puede integrarse fácilmente en las rutinas diarias, apoyando su desarrollo comunicativo general y creando un entorno de aprendizaje más inclusivo.

Imagina una situación en la que tu hijo está en el parque y, de repente, se siente abrumado por el ruido a su alrededor. Los gritos y risas de otros niños, el rechinido de los columpios y el bullicio general del área de juegos se vuelven demasiado para el, dificultándole lidiar con la situación. En ese momento, está tan sobreestimulado que no puede expresar verbalmente su angustia. En lugar de llamarlo a gritos, lo que podría aumentar su estrés o atraer una atención no deseada, el educador puede usar la lengua de señas para comunicarse con el a distancia.

Usando la lengua de señas, el educador pregunta con calma qué sucede desde la distancia, empleando un método familiar y no intrusivo que se ha practicado previamente y que no aumenta la ansiedad del estudiante. Él responde señalando que el ruido es demasiado para manejar, lo que permite que el educador comprenda rápidamente la situación sin ejercer presión adicional para que hable o sin avergonzarlo frente a sus compañeras. Este uso de la lengua de señas abre líneas de comunicación que de otro modo no serían fácilmente accesibles, brindándole el estudiante sobreestimulado una forma de expresar sus necesidades en un momento difícil. El educador puede entonces responder con señas, sugiriendo que se muevan a un lugar más tranquilo o que se acerque para tomar un descanso, ofreciéndole una salida del entorno abrumador. Esta forma discreta y efectiva de comunicarse con el estudiante no solo la ayuda a sentirse apoyado y comprendido, sino que también previene que la situación escale, preservando su dignidad en un espacio público.

Para algunos estudiantes autistas, la escritura a mano puede representar un gran desafío debido a dificultades en la motricidad fina, sensibilidades sensoriales o ansiedad. Escribir tareas en una computadora o tableta puede ser una alternativa más efectiva, permitiendo que el estudiante se enfoque en el contenido en lugar del acto físico de escribir. Esto reduce el estrés y facilita que exprese sus pensamientos con mayor claridad. Además, las herramientas de procesamiento de texto ofrecen funciones como el corrector ortográfico, lo que ayuda a producir trabajos más pulidos. Al brindarles la opción de escribir en formato digital, los educadores eliminan una barrera en el aprendizaje, permitiendo que los estudiantes autistas demuestren sus conocimientos y habilidades de una manera que se alinea con sus fortalezas.